Nuestras demandas

Las empresas europeas causan un gran impacto en las vidas de las personas en todo el mundo. Estas empresas puedenaportar consecuencias positivas, como crear empleo. Sin embargo, también pueden causar efectos negativos sobre las personas y el medio ambiente. Con demasiada frecuencia las empresas actúan irresponsablemente, especialmente en los países del sur, donde en algunos casos contratan mano de obra infantil y destruyen grandes extensiones de bosque. En muchos lugares de todo el mundo, hay empresas europeas que causan perjuicio y las víctimas nunca llegan a recibir justicia.

Mientras tanto, los gobiernos europeos y sus políticas apoyan a las empresas para que obtengan beneficios que muchas veces se consiguen a costa del sufrimiento de las personas y el deterioro del medio ambiente.

Más responsabilidad legal

Muchas empresas europeas son multinacionales. Otras pertenecen o negocian con empresas extranjeras. Las multinacionales operan mediante numerosas filiales, subcontratistas y proveedores. Actualmente, las sedes de las empresas obtienen beneficios sin tener en cuenta el impacto negativo que sus filiales pueden tener sobre la vida de las personas y el medio ambiente. Se están beneficiando de las condiciones labores injustas, de la violación de los derechos humanos y de la destrucción del medio ambiente.

Más transparencia

Generalmente, las empresas no están obligadas a informar sobre los impactos sociales o medio ambientales de sus operaciones ni de sus actividades futuras. Debido a que no hay suficientes obligaciones legales, la información proporcionada es con frecuencia parcial e incompleta. ¿Cuáles son los impactos de una fundidora de acero sobre los campos de cultivos colindantes?, ¿Cómo tratan los proveedores de textiles para Europa a sus trabajadores? La publicación obligatoria de dicha información permitiría a los afectados por estas actividades pedir responsabilidad a las empresas.

Mayor acceso a la justicia

Con demasiada frecuencia, los afectados por las actividades de las empresas que deciden tomar acciones legales, se encuentran a menudo con grandes barreras. Por ejemplo, los altos costes económicos, la dificultad de encontrar representante legal y la casi imposible obtención de la evidencia que se exige. Incluso, pueden llegar a sufrir intimidación por haber iniciado acciones legales.