Estos meses han sido intensos y bonitos, y creemos haber logrado uno de los objetivos: salir distintos a como empezamos, un poquito más grandes y más conscientes, habiéndonos replanteado nuestro modo de vida.
Al final de cada encuentro presencial del proyecto, cada participante aportaba una palabra que resumiera lo que se llevaba de la sesión, formando nubes de palabras, que aquí compartimos:
Las sesiones mensuales nos aportaron dinámicas, risas y aprendizajes. El fin de semana en Rascafría nos unió un poco más como grupo, practicamos eso de cocinar juntas o dar de comer a ovejas merinas de El Paular. La visita al Rincón Lento nos abrió los ojos sobre el mundo de la moda y la industria textil, y sacó nuestras mejores dotes como modelos.
Pero, sin duda, la actividad más reveladora del proyecto ha sido el Viaje en Bici del 19 al 24 de junio, cinco días desplazándonos a dos ruedas por caminos y carreteras secundarias, con el reto de generar la menor cantidad de residuos, dormir en espacios comunes, buscar la ayuda de las vecinas y acompañarnos y animarnos subiendo cuestas o lidiando con el barro.
Tras 180 km recorridos llegamos el viernes a Medinaceli (Soria), todo el mundo sin bajarse de la bici en la última gran cuesta 🙂 El sábado hicimos una convocatoria en la Plaza Mayor para hablar de lo que había significado el viaje para las participantes, un grupo de chavales que no se conocían mucho, y que acabaron siendo Jays.
Fueron muchas cosas las que se comentaron: para casi todos, el viaje había sido un ejemplo de superación, de comprobar cómo la fuerza mental y, sobre todo, el apoyo y soporte del grupo habían hecho superar este reto, que a ratos tuvo unas buenas cuestas arriba o nos dejó embarrados. Un reto físico para muchos, siendo su primer viaje en bici, el cual trajo muchos aprendizajes: haber sabido diferenciar las necesidades reales de los caprichos, dejar de lado el móvil y valorar enormemente la cama, la almohada, o una ducha; tomar alimentos no tan habituales en su dieta y desearlos con ganas, como un bocadillo de tomate y aguacate o unas lentejas al curry, ampliando las opciones de comida saludable, comiendo menos carne para comer bien y teniendo consciencia de comprar solo lo que necesitamos.
Nos metimos de lleno en el reto de no generar residuos y decir no a los productos envasados, pese a ser una tentación, como el chocolate, y vimos que, aunque siendo más difícil que comprar lo primero que compramos en el súper, es posible alimentarse comprando a granel de manera local. Y, durante cinco días y entre casi 30 personas, el resultado de residuos generados fue éste:
Agradecemos a toda la gente que nos ha ayudado en el camino, por su amabilidad, su hospitalidad y acogida, de las cuales podemos aprender mucho: como Paquita, que nos dejó sus ollas, Sandra que nos coció la pasta (en Beleña de Sorbe) o esa vecina que nos dio sal, aquel que nos recogió los restos orgánicos para las gallinas, o quienes se ofrecieron enseguida a cocinarnos las lentejas (Yolanda, en casa del Padre Juan, en Jadraque, quien nos guió por su Palacete y la Iglesia).
Para nuestras viajeras, ir en bici les ha hecho verse más capaces y les ha ayudado a replantearse ciertos límites físicos y mentales, les ha traído paz mental, tranquilidad, por ejemplo al ir a su bola pensando o hablando con los compis de viaje, estando presentes y dejando de lado otras preocupaciones.
Nuestros adolescentes agradecen que los adultos hayan confiado en ellos para este reto, y han visto cómo los jóvenes pueden unirse para conseguir cosas. Porque los problemas se resuelven mejor si lo hacemos en conjunto, responsabilizándonos y colaborando, porque, como grupo, sumamos, dándonos ánimo y también algunos empujones.
También hemos comprobado la importancia de la ayuda, tanto de saber pedirla como de recibirla. Y que es importante no frustrarse por no conseguir cierto objetivo, ya que lo importante es realmente el proceso y no rendirnos tan fácilmente, sino intentarlo.
Y sobre todo agradecen a Mar de Tierras haberles dado la posibilidad de esta oportunidad única, que les supone una experiencia inolvidable. ¡Nosotras estamos muy felices de poder haberlo hecho posible!
Ojalá este viaje sea el primero de muchos. Y nos lleve a integrar todos los aspectos aprendidos para vivir de otra manera, consumiendo de manera justa y responsable, valorando lo que tenemos, con más de lo bueno (cuidándolo) y menos de lo innecesario.
Valoración de los/as participantes
Valoración de tu aprendizaje. Respecto a cómo estabas al inicio del proyecto y ahora, ¿qué ha cambiado? ¿qué ha aportado a tu vida esta experiencia?
La forma de ver las cosas y me ha aportado sabiduría en la vida.
Ahora intento comprar todo lo que pueda a granel.
Al principio no me creía que íbamos a utilizar tan poco plástico, pero al final me quedé boquiabierta, ya que todo eso que creía imposible se hizo realidad.
Ahora voy a darle mayor importancia a otras cosas que no me había dado cuenta que son fundamentales y aprovecharé lo que he aprendido sobre cómo mejorar el medio ambiente.
Ha cambiado mi forma de ver las cosas y el saber valorarlas y gracias a eso me ha aportado las ganas de intentar generar menos residuos, ayudar a lograr los ODS y me llevo muchas amistades.
A concienciarme de que sin producir residuos se puede vivir y que es más cómodo moverse en bici, porque puede ir por sitios en los que un coche no.
Ha aportado a mi vida recuerdazos que pienso en ellos y sonrío y ha cambiado mi manera de ver a la comida sobre todo.
He descubierto que los viajes en bici son muy interesantes, llenos de sorpresas y que si se me da la oportunidad de volver a hacer uno lo volvería a hacer.
Ahora tengo más conciencia sobre todo lo que gastamos y que hay que reducir y a valorar las cosas.
Ahora me dan ganas de coger una bici e irme muy lejos de Madrid, a ver paisajes, lagos, cuevas, etc.
He aprendido muchas cosas sobre reciclaje, medioambiente, como contaminar menos, comprar menos ropa y reutilizar.
Ha sido muy enriquecedora la experiencia y hay más conciencia en mí respecto a tratar de generar menos residuos, no contaminar y reusar las cosas.
Habéis aportado posibilidades de viajar (y vivir) de otra manera y habéis aportado entusiasmo por el compromiso.