Desde Mar de Tierras entendemos que los que los cambios no podrán llegar si solo se opera a nivel individual. Es necesario organizarnos en colectivo para poder ejercer impulsos mayores al cambio que necesita la sociedad y el planeta. Por ello, es importante acumular toda la fuerza que podamos y trabajar en red para denunciar las actividades y políticas que atentan directamente contra los derechos humanos y el medio ambiente.
En Mar de Tierras consideramos clave realizar un análisis de las políticas públicas y una incidencia política que, junto a muchas otras organizaciones y trabajando en red, consigamos cambios profundos y duraderos de las políticas públicas.
Desde Mar de Tierras visibilizamos las políticas que generan un impacto negativo para las mayorías, la población más vulnerable y el planeta. No nos vamos a quedar callados mientras las políticas públicas sigan generando recortes y destrucción del medio ambiente. También nos tendrán en frente quienes, con etiquetas como economía verde o ambiental, realizan acciones y políticas que no hacen más que empeorar una situación ya bastante grave.
En Mar de Tierras trabajamos por una reconversión ecológica de la economía y luchamos por instalar una nueva cultura de la sostenibilidad. Trabajamos por un cambio de las conciencias y de las formas de vida basadas en el aumento del consumo que nos trajo el mal llamado “estado del bien estar”. Se necesitan unas políticas valientes que sean capaces de hacer decrecer sectores económicos que fomentan la destrucción ambiental y hagan crecer los sectores necesarios para una sostenibilidad real como las energías renovables. Necesitamos políticas que se encaminen de verdad a evitar consumos desmesurados de agua y energía, creando una nueva cultura del agua, acabando con la dependencia de las no renovables, cerrando las nucleares e introduciendo criterios ecologistas en las grandes decisiones económicas: detener la privatización de los recursos naturales, fomentar sistemas públicos de movilidad, defender el derecho a la tierra, a la soberanía alimentaria y energética, apostar por lo local y por la descentralización y a la vez introducir una planificación democrática, participativa y autogestionada de la economía para satisfacer las necesidades básicas de la población. En esta línea y contra la espiral productivista del consumismo y la crisis humana, social y ecológica actual, seguiremos apoyando y promoviendo campañas como éstas: